Vigilia de Pentecostés
(10 de mayo de 2008)
(10 de mayo de 2008)
(Juan 7, 37-39)
El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba: "El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí que beba".
(Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva). Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en Él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no baía sido glorificado.