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viernes, 1 de noviembre de 2013

Nuestra Señora de los Dolores, en el mes de noviembre

Con la Solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, iniciamos el mes de noviembre en el cual recordamos y oramos de manera especial por todos ellos. 

La bendita imagen de Nuestra Señora de los Dolores se encuentra vestida de luto como es acostumbrado. La sublime belleza de nuestra Madre nos vuelve a sobrecoger cada año, siempre con nuevos matices, siempre singular, aunque siempre Ella. Felicitamos desde aquí a nuestro querido hermano Antonio Bejarano, a las hermanas camareras de la Santísima Virgen y al equipo de Priostía.

Y a Ella, a nuestra Madre celestial, rogamos nos guarde hasta el día en que D.m. reencontremos a nuestros hermanos y seres queridos que nos precedieron en el camino.

Hoy día 1 de noviembre, celebraremos solemne Eucaristía a las doce y media del mediodía y a las ocho de la tarde. Mañana día 2, se oficiará a las 11 de la mañana, a las seis y a las ocho de la tarde.

Nuestra Hermandad celebrará D.m. Santa Misa por el sufragio de las almas de nuestros Hermanos difuntos el próximo jueves día 21 de noviembre a las ocho de la tarde.






Fotografías: Manuel Martín Vaquero.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Todos los Santos y Fieles Difuntos

El día 1 de Noviembre celebramos la Solemnidad de Todos los Santos, recordando a esas personas sencillas no conocidas, sin notoriedad entre nosotros, muchos de ellos serán amigos nuestros y familiares, que ya están contemplando la luz del rostro de Dios. Son Hermanos nuestros que supieron trazar su vida sirviendo a Dios y a sus semejantes, y que ya viven eternamente felices.

El origen de esta fiesta es muy antiguo y se relaciona con la dedicación, a Santa María la Virgen, del Panteón de mártires en Roma. Por eso, debe ser una celebración de alegría y gozo, pensando que un día nosotros acompañaremos a quienes ya disfrutan de la Gloria de Dios.

El Día de Todos los Difuntos, por los cuatro costados de nuestra persona, debiera de salir una acción de gracias a Dios: gracias, Señor, por la vida; por la oportunidad que nos diste para amarlos, para cuidarlos y por los años que compartieron sus pensamientos, palabras y existencia con nosotros. Y también, por qué no reconocerlo: perdón, Señor, porque en algunos momentos no estuvimos a la altura; porque es más fácil y menos comprometido, visitar a un fallecido que ayudarle en vida. Señor, perdón por las veces en las que significaron poco o nos cansamos de amarles como Tú nos amas.

Hay que vivir, esta festividad, mirando por la ventana de la Esperanza: viven en el Señor, aguardan la Resurrección, la muerte no es el final.