sábado, 1 de septiembre de 2012

Hermano Mayor

Queridos hermanos y hermanas:

Parece como si todavía estuviéramos soñando con todo lo acontecido. Atrás ya quedaron el Cincuenta Aniversario Fundacional de nuestra Hermandad y Parroquia, la feliz consolidación de la Procesión Eucarística, el proyecto, en sus diferentes fases de ejecución, del paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores, la consecución y aprobación de las nuevas Reglas (con la consiguiente adquisición del carácter penitencial), la cada vez mas dinámica acción social y de caridad… Y todo esto, en tan corto espacio de tiempo.

Estamos a las puertas de comenzar un nuevo curso parroquial, y permitidme que os diga que entre todos deberemos redoblar nuestro esfuerzo. Es sabido que no corren buenos tiempos, y habremos que intensificar la atención a muchos problemas de otras personas y hermanos que lo están pasando realmente mal. Por ello, os recuerdo la importancia que tiene para estos fines estar al día de la cuota de hermano; hoy por hoy es nuestro principal medio de ingreso y un buen instrumento para tales fines.

Durante todo este periodo estival hemos estado trabajando para preparar este nuevo curso. Una vez más, nuevos retos se presentan ante nosotros. Por un lado tenemos que seguir con nuestra labor evangelizadora y apoyarnos en dos pilares fundamentales, que sin duda son la Formación y la Caridad. En este apartado, nuestros jóvenes gozarán de un papel importantísimo y fundamental, ya que ellos representan el futuro de nuestra hermandad.

Por otro lado, este curso conmemoramos el 50 Aniversario de la ejecución y bendición de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, que realizara siendo tan sólo un niño el insigne escultor e imaginero D. Luis Álvarez Duarte.

Durante los próximos cultos y actos, todos muy sencillos y humildes pero no por ello exentos de contenido y devoción, estamos llamados todos a participar de ellos, porque nuestra Madre, la obra más perfecta de la Creación, llena de todas las virtudes, maravilla de bondad y hermosura, de grandeza y sencillez, la Inmaculada, la llena de gracia, la bendita entre todas las mujeres, la impecable, la asunta al cielo, la reina del cielo, la Reina de San José Obrero y de nuestros corazones estará esperándonos como siempre, para escucharnos y ofrecernos una vez mas su hermoso manto para enjugar nuestras lágrimas.

Pero en esta ocasión, nosotros te felicitaremos Madre, por tener ese corazón tan grande, traspasado por puñales de dolor, pero en el que acoges a cuantos te miran con devoción y fe, a los que sufren necesidades tanto materiales como espirituales, a los emigrantes, a los enfermos, a los que sufren el dolor de sus limitaciones, a los que están solos… Todos ellos reciben por tu intercesión la fuerza y la esperanza que necesitan.

Así pues, hermanos, estemos todos unidos y alrededor de Ella, porque nuestra Madre cumple 50 años entre nosotros, y eso ocurre sólo una vez.

Sin más, me despido de vosotros con un fraternal abrazo en el Señor de la Caridad y su bendita Madre de los Dolores.

Rafael Ramírez Cervetto
Hermano Mayor

Septiembre 2012