domingo, 17 de agosto de 2008

El Evangelio de hoy

Domingo 20º del Tiempo Ordinario
(17 de agosto de 2008)


(Mateo 15, 21-28)


En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón.
Entonces, una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
- Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
- Atiéndela, que viene detrás gritando.
Él les contestó:
- Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas:
- Señor, socórreme.
Él le contestó:
- No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
Pero ella repuso:
- Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.
Jesús le respondió:
- Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas.
En aquel momento, quedó curada su hija.

Palabra del Señor.