viernes, 3 de abril de 2020

Carta de nuestro Director espiritual

Parroquia S. José Obrero
y S. Francisco de Paula
C/. Arroyo 78
SEVILLA

Sevilla, 3 de abril de 2020

   A vosotros, mis queridos hermanos y hermanas, feligreses de nuestra Parroquia de S. José Obrero y S. Francisco de Paula, y en especial a vosotros, los Hermanos de nuestra Hermandad: un saludo muy cordial.

   Hoy, Viernes de Dolores, y víspera de nuestra anual salida procesional por las calles de nuestro barrio con las veneradas imágenes de Nuestro Padre Jesús de la Caridad y Nuestra Señora de los Dolores, todos rememoramos los bellos recuerdos de años pasados que ¿quién no querría vivir de nuevo? Pero… ¿qué ha ocurrido para que las cosas hayan dado un vuelco tan brutal no solo aquí, en Sevilla, sino en el mundo entero? Seguro que todos seguís con mucho interés la información que ofrecen los distintos medios de comunicación. Hacéis bien y no dejéis de hacerlo. Pero permitidme, que más allá de la información, y no para evadirnos de la realidad, ésta la veamos y afrontemos con ojos de fe.

   En efecto, nosotros, como todo el mundo cristiano (de manera especial en estos días previos a la Semana Santa), tenemos la mirada puesta en la imagen de Cristo que carga con la cruz y de la Virgen Dolorosa que camina a su vera. Y es en ellos en quienes nos fijamos para afrontar el misterio del dolor y de la muerte, y sobre todo, es en ellos donde hallamos la fuerza para abrazar la cruz con serenidad, paciencia y amor, y con la esperanza cierta de una vida mejor, pues solo Dios puede sacar bien del mal. Por eso, ante un mundo que hoy está aturdido, desconcertado, asustado (y hay sobradas razones para ello), nosotros, no porque tengamos una varita mágica sino porque creemos en Jesús, tenemos la fortuna de poder invocarlo, clamando su ayuda, su consuelo y su misericordia, y aprendiendo de Él a confiar en el Padre incluso en los momentos de sufrimiento y de muerte, como hizo Cristo en la cruz.

   Por tanto, ante la imposibilidad física de salir por las calles llevando a nuestras sagradas imágenes, no olvidemos que más allá de lo ritual y de la belleza externa que engalana los pasos, lo que da sentido a nuestras celebraciones litúrgicas es la actitud del corazón. Por eso acudamos “procesionalmente” en pos de Él allí donde ahora mismo está llevando la cruz y oremos por los miles de pacientes que están en las UCI, en las residencias de ancianos; pidamos por los médicos y demás personal sanitario; por las casas donde lo necesario escasea; por los emigrantes y los que no tienen techo. Cristo hoy está en todas estas personas que sufren especialmente. Busquémosle ahí pues Jesús nos dice: aprended de mí a cambiar el mundo por el AMOR y el servicio a los hermanos.

   Y no olvidemos, Cristo nunca nos deja solos, pues sigue presente sacramentalmente en nuestros tabernáculos. A pesar del confinamiento la Iglesia sigue celebrando los divinos misterios. Por eso os invito a que particularmente en estos días sigáis la celebración de la Eucaristía por cualquiera de los medios de comunicación que la ofrecen: radio, televisión o medios de Internet.

   Por mi parte no quiero cerrar esta carta sin aseguraros que P. Antonio como yo, os tenemos presentes a todos, que os encomendamos en nuestras oraciones y que el templo lo tenemos casi todo el día abierto (con el cancel echado) como signo de que podáis entrar espiritualmente en cualquier momento.

   Un abrazo a todos y que Dios os bendiga.

P.  fray Abilio León
Vuestro párroco y Director espiritual