miércoles, 6 de marzo de 2019

De nuestro Director Espiritual


Mis queridos hermanos y hermanas de nuestra Hermandad de San José Obrero: acojo con gratitud la invitación que me hacéis de escribiros en el boletín. En este número, dado que es el inmediato posterior a la Visita Pastoral llevada a cabo en nuestra parroquia por D. Santiago, los días 24 al 28 de octubre pasado, considero muy oportuno compartir con vosotros lo que de manera informal me comentó. De los comentarios que me hizo en distintas ocasiones resaltaré tres elementos que considero esenciales: la centralidad de Jesucristo en la vida de cada uno y en la entera comunidad parroquial; la formación progresiva e integral en la fe tanto de los agentes de pastoral como de todos los feligreses; y por último la proyección apostólico-misionera de toda la parroquia.

1. El primer punto me lo recalcó con vehemencia porque, a su juicio, esta es la clave de la revitalización honda y duradera de nuestra vida cristiana. En consonancia con el Papa me recordaba que lo que llamamos fe no es tal hasta que no se da en nosotros un encuentro personal y profundo con Cristo, ya que en eso consiste fundamentalmente la oración y la misma vida cristiana. Sin esto, posiblemente hagamos muchas cosas (y hasta muy buenas), pero serán meramente filantrópicas. Solo el que vibra y siente a Jesús en su vida será un verdadero cristiano.

2. Una vez se ha dado ese encuentro es cuando nace espontáneo el deseo y la urgencia de fomentar el segundo punto: la formación permanente en la fe. Hoy ha calado hondo en la sociedad que sin formación no se puede afrontar un trabajo ni ninguna iniciativa con visos de competitividad y pervivencia. En cambio, y por desgracia, constatamos que entre los que nos decimos cristianos esto aún no está asumido ni interiorizado, lo que prueba que el encuentro con Jesús es superficial.

3. Y el tercer paso, el salir a proclamar y difundir nuestra fe, lógicamente depende de los anteriores. Por cierto fue precisamente en este punto en el que más incidió el Sr. Obispo, pues me lo mencionó en varias ocasiones, pero especialmente el sábado, día 27, a mediodía, a punto de coger el coche de vuelta. Había quedado gratamente impresionado de la acogida que la Hermandad le brindó en el salón, tanto por el montaje audiovisual como por el intercambio de pareceres tan cordial que allí se dio con él. Pues bien, fue en el garaje donde me felicitó por tener una Hermandad, joven, numerosa y entusiasta. "No sabes, me dijo, la bendición que supone tener esta Hermandad. Tenéis que dar muchas gracias a Dios". Y entre otras cosas me dijo: "Es principalmente a ellos a quienes tienes que empujar e involucrar en la tarea de que salgan a las distintas periferias de vuestro barrio y que lleven con convicción "la alegría del Evangelio", de que habla el Papa".

Por eso, transcurridos ya unos meses, sentía la necesidad y casi la urgencia de comunicároslo. Así que, mis queridos hermanos, la Iglesia cuenta con vosotros, Cristo os necesita y los hermanos de nuestras periferias os esperan. No los defraudéis.


P. Abilio León O.M.
Director Espiritual