viernes, 14 de marzo de 2014

Entrevista a Fernando Aguado, diez años después...

Reproducimos a continuación la entrevista mantenida recientemente con nuestro hermano el escultor imaginero Fernando Aguado.

SJO: Fernando, diez años pueden parecer pocos en la historia de la hermandad, pero sí ser una cantidad considerable en la propia vida de los hermanos y devotos del Señor de la Caridad. Su pie izquierdo continúa gastándose por amor de nuestras plegarias en forma de besos. ¿Qué reflexión te supone esto?

FA: Pues que tuve la suerte de que mi trabajo calara en forma de sentimiento y devoción en el barrio y en todo aquel que le reza, como yo, porque aunque saliera de mis manos, Él es algo muy superior a mí y es una representación de Dios hecho hombre a la que le rezo como a otra, sólo que con un pellizco único en mi corazón.

SJO: El pasado 2013 vimos cumplido el anhelado deseo de realizar la estación de penitencia. Con la salvedad del vía crucis que el Señor viene presidiendo cada Cuaresma, se trató de la primera vez en que nuestro titular procesionara. ¿Cómo viviste ese día ya histórico?

FA: Aún a día de hoy me parece mentira ver cumplido mi sueño y de una manera tan hermosa, tan de verdad por parte de la Hermandad. Todo fue especial; la emoción de la incertidumbre, cómo se abrió la tarde… para mí fue inolvidable por muchas cosas.

SJO: El Señor de la Caridad no cargó solo con la Cruz. Cuéntanos un poco, ¿cuándo surgió la idea del Cirineo? ¿Y el hecho de inspirarte en el rostro del Padre Víctor García (q.e.p.d.)?

FA: A mí me gusta muchísimo el pasaje de Jesús ayudado por el Cirineo, y es una pena que Pasión, con esa joya de imagen que tiene, no lo suba al paso. Para mí, El Señor de la Caridad es “mi todo”. Con Él empecé a ser lo poquito que hoy soy y quería hacerle ese regalo; que mi agradecimiento lo ayude siempre a cargar con su cruz como Él me ayuda a mi cada día con la mía. Y hacer el rostro del Cirineo recordando al Padre Víctor, que tanto ayudó a la Hermandad y a mí, era el mejor homenaje que le podía hacer a este gran hombre.


SJO: Nuestra hermandad, en su época más reciente, ha venido viviendo diversos hitos importantes que pueden suponer “un antes y un después”. Uno de ellos fue la bendición de Nuestro Padre Jesús de la Caridad, el catorce de marzo de 2004. Con la perspectiva que nos puede brindar el tiempo transcurrido, ¿cómo recuerdas, hoy, aquellos días?

FA: Para mí parece que fue ayer. Recuerdo los días que estuvo expuesto en mi Hermandad del Silencio, algo que también fue único; la expectación en la Parroquia y el barrio, lo que significaba para mí estrenarme como imaginero en Sevilla, tanta responsabilidad… y la tristeza de los atentados del 11 de marzo; aquello fue tremendo. Fue unos de los momentos más importantes de mi vida, sin duda alguna.

SJO: La imagen del Señor de la Caridad fue tu primera obra de tal magnitud. Pocos años después realizaste la imagen de San Francisco de Paula que tan acertadamente representa al fundador de la Orden de los Mínimos. En todo este tiempo, tu crecimiento y maduración como artista es evidente en tu posterior obra, tanto en la imaginería como en otras disciplinas, aparte de tus trabajos de restauración. Haciendo balance, ¿te sientes satisfecho como profesional y –porqué no también- como cristiano cofrade?

FA: Me siento muy afortunado de tener trabajo, y siempre me acuerdo de nuestro Cristo porque Él me dio la alternativa, hablando taurinamente. Me siento feliz de tener estas oportunidades, con ganas de seguir aprendiendo y creciendo cada día, e intentando ser el de siempre, aumentando o engrandeciendo las poquitas virtudes que tenga y aprender de mis errores para poder enmendarlos. Ser cristiano, cofrade y tener este trabajo es una suerte muy grande.

SJO: ¿Qué le pides hoy a Jesús de la Caridad?

FA: Salud y trabajo para los míos y que le eche un cable a quien lo necesite de verdad. Yo no tengo derecho a pedirle nada porque tengo de todo, sólo que se acuerde de mí en lo que no es material y me hace débil, que son las cosas del corazón. Y que nunca permita que levante los pies del suelo, porque entonces estaré cometiendo un grave error.

SJO: Gracias por tus palabras, Nani. Que el Señor te bendiga.

Fotografías: M. Martín V. - F. Aguado