domingo, 14 de octubre de 2012

Evangelio 14-10-2012

28º Domingo del Tiempo Ordinario
(14 de octubre de 2012)

(Marcos 10, 17-30)


En aquel tiempo, cuando Jesús salía al camino se le acercó uno corriendo, se arrodillo y le preguntó:

-- Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

Jesús le contestó:

-- ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.

Él replicó:

-- Maestro, todo esto lo he cumplido desde pequeño.

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo a sus discípulos:

-- Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, da el dinero a los pobres --así tendrás un tesoro en el cielo--, y luego sígueme.

A estas palabras él frunció el ceño y se marcho pesaroso porque era muy rico.

Jesús mirando alrededor, dijo:

-- ¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!

Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió:

-- Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios.

Ellos se espantaron y comentaban:

-- Entonces, ¿quién puede salvarse?

Jesús se les quedó mirando y les dijo:

-- Es imposible para los hombres no para Dios. Dios lo puede todo.

Pedro se puso a decirle:

-- Ya ves que nosotros lo hemos dejado y te hemos seguido.

Jesús dijo:

-- Os aseguro, que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más --casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones--, y en la edad futura la vida eterna.

Palabra del Señor.