sábado, 20 de octubre de 2012

DOMUND 2012: "Misioneros de la Fe"

En 1926 Pío XI estableció que el penúltimo domingo de octubre se celebrara en toda la Iglesia el “Domingo Mundial de las Misiones”, en favor de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe (PF), para mover a los católicos a amar y apoyar la causa misionera.

Desde 1943, esta “fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal” se conoce en España como DOMUND (de DOmingo MUNDial). Este nombre ha ayudado a identificar y difundir aún más esta jornada entre nosotros, y su mensaje —una llamada de atención sobre la común responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización del mundo— ha calado en la profunda sensibilidad y tradición misionera de nuestro país.

El lema

"Misioneros... Son las personas (obispos, sacerdotes, religiosos o religiosas, laicos) que dedican su vida, o un período largo de ella, a la primera evangelización. “Aunque la tarea de propagar la fe incumbe a todo discípulo de Cristo según su condición, Cristo Señor llama siempre de entre sus discípulos a los que quiere para que estén con él y para enviarlos a predicar a las gentes” (AG 23).

.... de la fe” La fe, don de Dios, es propuesta por los misioneros a aquellos que aún no conocen a Jesucristo. Este acto de comunicar la fe no es solo para que se tenga noticia de una persona o un mensaje, sino especialmente para llamar al asentimiento. La vocación misionera brota de la certeza de que la “la fe se fortalece dándola” (RM 2).

El cartel

El lema “Misioneros de la fe”, se sitúa en el centro de la Cruz. En ella Jesucristo entregó su vida. De ella nace el don de la fe que como gracia reciben los bautizados. Mirar la cruz suscita la súplica de los apóstoles: “Auméntanos la fe” (Lc 17,5).

Al pie de la Cruz están unas manos abiertas mostrando el mundo. Es la humanidad, diseminada por los cinco continentes, que está llamada a acercarse a la Cruz. Se pretende hacer más visible gráficamente la intrínseca unidad de la humanidad con el Redentor.

Son las manos de los misioneros, que presentan, con sus vidas, a la humanidad, para que sea bendecida con el don de la fe que brota de la Cruz salvadora.