domingo, 5 de febrero de 2012

Evangelio 05-02-2012

Domingo 5º del Tiempo Ordinario
(5 de febrero de 2012)

(Marcos 1, 29-39)

En aquel tiempo, al salir Jesús de la Sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios; y como los demonios lo conocían no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron:
-Todo el mundo te busca. Él les respondió: - Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido.
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios.

Palabra del Señor.

A Jesús lo vemos hoy en la casa de un amigo, ayudando a que una mujer sea ella misma. Da su mano para que esa mujer pueda ponerse de pie y valerse por si misma. La respuesta de ella será ir más lejos, ponerse a servir. El final del día encontramos a Jesús sanando a otros enfermos. Estará entre los excluidos a causa de su enfermedad… escuchando quejas… plegarias como lamentos… voluntariamente se sitúa en el lugar por donde pasa la vida doliente. Dios en Jesús ha elegido el lugar social carente de Esperanza, más sometido a prueba. Quiere dignificar la vida. Donde está Jesús hay vida, crece la vida, se lucha por la vida.