La bendita imagen de Nuestra Señora de los Dolores luce ya el acostumbrado atuendo de mujer hebrea en este tiempo cuaresmal.
La especial hermosura que la Madre de Dios y nuestra irradia ante nuestros ojos, ha de valernos para fijar la atención en la verdadera belleza de la que es corredentora del mundo: la que hemos de "ver" con el corazón. Dios te salve, María.
La especial hermosura que la Madre de Dios y nuestra irradia ante nuestros ojos, ha de valernos para fijar la atención en la verdadera belleza de la que es corredentora del mundo: la que hemos de "ver" con el corazón. Dios te salve, María.
Fotografías: M. Martín V.