jueves, 24 de marzo de 2011

A ti, Señor de la Caridad

La Navidad ha pasado, entre reyes, beduinos, pajes y mercaderes. Entre frío o lluvia, angustia y soledad, y vuelves a ser Hombre entre nosotros, de nuevo vas a tu calvario, como reo de muerte.

Señor de la Caridad, una vez más me postro ante ti para ser como tú, Nazareno. Escalofríos y lágrimas al intuir tu espalda lacerada, irresistible miedo, volverá tu agonía cuando subas de nuevo a tu calvario.

Hacia el Gólgota vas caminando, y yo frente a ti, te rezo:

Dale salud a la abuelita que está asomada a su balcón, que te vea pasar una vez más. A la madre que tiene a su hijo en su regazo, dale amor para criarlo. A los que te siguen, entre ruegos y plegarias, dales Señor el pan de cada día. Y a los que te ayudan en tu caminar, dales salud y fuerzas para soportar también tu pesada cruz. Reparte caridad en cada calle y esquina y líbranos de todo mal.

Al cruzar mi mirada con la tuya, pienso en cuanto sufriste por nosotros, por Caridad.

José Antonio Ramírez Cervetto