martes, 16 de noviembre de 2010

Culminado el Año Jubilar en nuestra Parroquia

Mientras llovía en Sevilla al mediodía del domingo catorce de noviembre, en nuestra iglesia parroquial no se cabía, tanto por fieles congregados como por el júbilo reinante. No en vano, culminábamos los actos conmemorativos del Cincuenta Aniversario de la parroquia, efeméride compartida e igualmente celebraba por nuestra hermandad.

Y qué mejor ocasión para bendecir conjuntamente dos nuevos retablos cerámicos de los titulares de la parroquia, realizados por Ángel Lora, y las nuevas campanas de la torre, que volvieron a repicar anunciando la celebración de la Solemne Eucaristía de clausura, que justo a continuación fue presidida por Monseñor Fray Giuseppe Morosini OM, obispo de Locri-Gerace (Italia), y co-oficiada por la comunidad de Frailes Mínimos que desde hace ahora doce años están presentes entre nosotros y, por ende, en nuestra ciudad, tras más de un siglo de de ausencia.


En la celebración estuvieron representadas junto a la nuestra las hermandades sevillanas de la Estrella, Carretería y Sagrado Decreto, así como las del Cristo del Confalón de Écija y la de Jesús Nazareno de Huelva. Todas recibimos en palabras de Fray Víctor García, párroco y director espiritual, la felicitación y el agradecimiento de la comunidad parroquial por colaborar al igual que muchos fieles en que las campanas volvieran a sonar en la feligresía, tras largos años en silencio.

Estas campanas responden a los nombres de "Nuestra Señora del Pilar", por la patrona de España, "Nuestra Señora del Perpetuo Socorro", "Bienaventurada Virgen María", por el Colegio las Irlandesas, y "Santa Elena", en recuerdo de Dª Elena Benjumea. A estas cuatro, pronto se sumarán dos más, las llamadas "Josefa", por San José Obrero, y "Francisca de Paula", por el santo de la caridad.




Todos los grupos parroquiales participamos activamente de la celebración, que estuvo acompañada por la coral “Virgen de la Estrella”. El presbiterio se hacía pequeño para dar cabida a los numerosos niños y jóvenes pertenecientes a los grupos de Comunión y Post-Comunión. Muchos de los presentes lucían en su cuello los pañuelos confeccionado expresamente para la conmemoración de hoy.















Al término de la celebración, Monseñor Morosini inauguró el libro de firmas abierto este día por nuestra corporación, tras lo cual hicieron lo propio las corporaciones invitadas.


Sin duda fue una jornada para guardar en el recuerdo de nuestra parroquia, templo que se edificara en los terrenos cedidos por la familia Benjumea, y que vino a cubrir las necesidades pastorales en una collación con un creciente número de vecinos. Mucho ha llovido desde entonces, muchos fueron los momentos de prueba, y otros tantos de alegría. Cincuenta años después sigue lloviendo en Sevilla y, aunque los tiempos cambien, las necesidades son las mismas que entonces.

Ojalá que el amor, la esperanza y la fe brillen en nuestra comunidad parroquial así como en todas las parroquias, y seamos verdaderamente Casa de la Familia Cristiana.



Fotografías: F. Sánchez V. - M. Martín V.