domingo, 6 de septiembre de 2009

Evangelio 03-09-2009

23º Domingo del Tiempo Ordinario
(6 de septiembre de 2009)


(Marcos 7, 31-37)


En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron a un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó le lengua: Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:

-- Effetá (esto es, "ábrete").

Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia proclaman ellos. Y en el colmo del asombro decían:

-- Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.


Palabra del Señor.