sábado, 28 de marzo de 2009

Crónica de la Cuaresma (I): Piadoso Vía Crucis

En la tarde del día 14 de marzo celebramos el Piadoso Vía Crucis presidido por la bendita imagen de Nuestro Padre Jesús de la Caridad, que ha coincidido en ésta su sexta edición con la fecha en la que fuera bendecida hace ya cinco años.

El cortejo, encabezado por la nueva Cruz Parroquial, inició su recorrido por las calles de la feligresía a las siete de la tarde. Seguían tras ella varias parejas de Hermanos con cirio sacramental. Un trío de músicos de la Banda de Música de la Cruz Roja acompañaron musicalmente con las tradicionales composiciones de capilla.

Continuaba el cortejo por el cuerpo de acólitos, formado por la Juventud de San José Obrero, y por dos servidores que portaban sendos faroles de mano cedidos por la querida Hermandad de San Isidoro. Numerosos hermanos y hermanas portaron a lo largo del recorrido las andas del Señor, tras las que iban dos estudiantes profesos de la Orden de los Mínimos portando luz, nuestro Director Espiritual y párroco dirigiendo las Estaciones del Vía Crucis, y numeroso pueblo orante, caminando junto al Señor de la Caridad que, maniatado y coronado de espinas, llevaba su túnica color blanco crema y un mantolín en terciopelo color burdeos con pequeños bordados en oro, cedido para la ocasión por la querida Hermandad de la Amargura.

Contamos con la presencia de nuestro Delegado del Consejo General de HH. y CC. de la ciudad de Sevilla D. Miguel Martínez García. Asimismo, Una representación de la querida Hermandad del Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad participó corporativamente portando las andas del Señor, así como en la lectura de la Tercera Estación. Agradecemos desde aquí su compañía en tan piadoso acto, así como la cesión para estos cultos de los trajes de servidores.
El exorno floral siguió el estilo característico de los años anteriores. Sobriedad, elegancia y belleza conjugados armoniosamente, gracias al equipo encabezado por nuestro querido hermano Joaquín Gómez.






Pasadas las nueve de la noche, de vuelta ya en el Templo, se hizo lectura de la Decimocuarta Estación, culminando con una Exaltación de la Santa Cruz; bella cruz hábilmente preparada por nuestro Prioste Primero, situada efímeramente en el Presbiterio.
Terminamos cantando la Salve a nuestra Madre de los Dolores. Posteriormente, todos pudimos disfrutar de unos momentos de convivencia en el recinto parroquial.


Fotografías: F. Sánchez V. y M. Martín V.