Acabamos de celebrar en nuestra Parroquia los actos que han servido para clausurar la conmemoración del V Centenario de la muerte de San Francisco de Paula, y ya nos preparamos para participar activamente en los cultos más trascendentes de nuestra Hermandad, en honor de nuestro titular San José Obrero. A estos cultos os convoco en la seguridad de vuestra asistencia, muy especialmente a nuestra Función Principal de Instituto así como a nuestra tradicional salida procesional.
En este momento, en el que caminamos ya hacia nuestro próximo cincuentenario como Hermandad, me gustaría destacar el alto grado de comunión entre nuestra corporación y la Parroquia donde tenemos la suerte de habitar. De esa comunión nos sentimos especialmente orgullosos en nuestra Hermandad, lo cual se traduce en considerar como nuestras todas las actividades parroquiales, cuestión además obligada dada nuestra condición de grupo parroquial.
Es aquí donde voy a hacer referencia a la persona a la que todos los grupos parroquiales, entre ellos nuestra Hermandad, deben agradecer de corazón la fecunda y gran labor que está llevando a cabo en nuestra Parroquia de San José Obrero y San Francisco de Paula. El querido párroco y Director Espiritual de la Hermandad, Padre Víctor García, es el verdadero motor de esta gran familia que componemos nuestra querida comunidad parroquial. A ella se ha dedicado en los últimos años con un tesón y unas ganas que se han traducido en la realidad que día a día tenemos la suerte de comprobar.
En lo que respecta a nuestra Hermandad, podemos decir que su labor ha sido clave en el crecimiento experimentado por esta en los últimos años. Podríamos ofrecer muchos ejemplos de su entrega por nuestra Hermandad, pero baste citar su adhesión reiterada y apoyo expreso a nuestro reconocimiento como hermandad de penitencia (lo que esperamos sea realidad en breve), y también su innegable interés en la formación de nuestros hermanos, plasmado en la programación de unas interesantes sesiones de formación que nos ayudan y orientan en nuestra vida cristiana.
En nombre de nuestra Hermandad quiero agradecerle su trabajo por todos nosotros, sabiendo que lo hecho hasta ahora no es sino la mínima parte de lo mucho y bueno que aún puede ofrecernos en los próximos años.
Al mismo tiempo, pido a Dios, por la intercesión de San José Obrero y San Francisco de Paula, le dé las fuerzas necesarias para llevar a cabo la tarea que el Señor le tiene encomendada.
Recibid todos un abrazo de vuestro Hermano Mayor.
Francisco Luis Durán Ordóñez
Abril 2008