¡Cinco años Señor!
Ya son cinco años los que llevas entre nosotros
y aún me cuesta creer cuánto has pasado a significar en nuestras vidas
en tan breve espacio de tiempo.
Señor de la Caridad, gracias.
Por tu serena presencia,
por tu porte majestuoso pero a la vez humano y sencillo,
porque siendo el Dios del poder,
eres también el Dios de la ternura.
Gracias.
Por recordarnos cada día que nuestros sufrimientos son mas llevaderos
porque ya los cargaste tu en la cruz.
Y gracias, por ser la última esperanza
de quienes hemos llenado nuestra vida de sueños.
Por ser el Dios cercano,
el Dios que se hace hermano y enseñarnos
que es ahí donde hemos de buscarte;
en todos los lugares y personas que hoy siguen caminando con su pesada cruz..
Cada uno con la suya, todas diferentes pero a la vez todas iguales.
Gracias Señor, por ser el último flotador de un barco
que nunca acaba de hundirse.
Por darnos la fe y hacernos comprender
que cuando un hombre tiene fe nunca esta sólo.
Señor de la Caridad, gracias.
Porque en cinco años has pasado a ser para nosotros tus hermanos…
… la esperanza y el consuelo
la fuerza para seguir
el alivio para las penas
y la salud a los enfermos.
Gracias por ser la devoción que sustenta
la fe desde sus cimientos.
Gracias por ser el Señor de mi barrio
donde cada día es un ruego
ante tu hombro dolorido
por la cruz de tu tormento
subiendo por la escalera
que va derecha al cielo
para pedirte con fe
porque todos te queremos.
Y por eso en el talón
de tu santo pie derecho
mi barrio sella su amor
con un sencillo beso.
Ya son cinco años los que llevas entre nosotros
y aún me cuesta creer cuánto has pasado a significar en nuestras vidas
en tan breve espacio de tiempo.
Señor de la Caridad, gracias.
Por tu serena presencia,
por tu porte majestuoso pero a la vez humano y sencillo,
porque siendo el Dios del poder,
eres también el Dios de la ternura.
Gracias.
Por recordarnos cada día que nuestros sufrimientos son mas llevaderos
porque ya los cargaste tu en la cruz.
Y gracias, por ser la última esperanza
de quienes hemos llenado nuestra vida de sueños.
Por ser el Dios cercano,
el Dios que se hace hermano y enseñarnos
que es ahí donde hemos de buscarte;
en todos los lugares y personas que hoy siguen caminando con su pesada cruz..
Cada uno con la suya, todas diferentes pero a la vez todas iguales.
Gracias Señor, por ser el último flotador de un barco
que nunca acaba de hundirse.
Por darnos la fe y hacernos comprender
que cuando un hombre tiene fe nunca esta sólo.
Señor de la Caridad, gracias.
Porque en cinco años has pasado a ser para nosotros tus hermanos…
… la esperanza y el consuelo
la fuerza para seguir
el alivio para las penas
y la salud a los enfermos.
Gracias por ser la devoción que sustenta
la fe desde sus cimientos.
Gracias por ser el Señor de mi barrio
donde cada día es un ruego
ante tu hombro dolorido
por la cruz de tu tormento
subiendo por la escalera
que va derecha al cielo
para pedirte con fe
porque todos te queremos.
Y por eso en el talón
de tu santo pie derecho
mi barrio sella su amor
con un sencillo beso.
Ana Belén Boza Sabido
Promotora Sacramental
14 de marzo de 2009
Promotora Sacramental
14 de marzo de 2009
