De una u otra manera, al comenzar un año nuevo, decimos o nos dicen: "año nuevo, vida nueva". Es cierto que es un proverbio o frase hecha, pero si pensamos, es o puede ser un buen propósito, al menos para un cristiano que se tome su condición en serio. Modestamente yo así me la tomo; por eso en calidad de animador de la vida cristiana de nuestra parroquia y como director espiritual de esta humilde y santa Hermandad de San José Obrero, me siento en el deber y la obligación de recordar e impulsar a todos a que dinamicemos y enriquezcamos nuestra condición de cristianos.
Por eso, lo he dicho en distintos lugares y ocasiones y aprovecho ahora a decirlo aquí: pertenecer a esta Hermandad, antes que una decisión personal, es una llamada particular que me hace el Señor. Por tanto he de pensar en quién es el que me llama y para qué me llama. Solo así comprenderé la grandeza del regalo y el amor personal del que me llama.
El Papa está repitiendo por activa y por pasiva que hasta que no caemos en la cuenta del amor con que Cristo nos ama será imposible vivir una vida auténticamente cristiana. De ahí, dice Francisco, la necesidad de cultivar un encuentro personal y profundo con él, ya que sin esta relación de corazón a corazón no hay experiencia cristiana, que es por desgracia lo que muchos que se dicen cristianos no han tenido.
En este sentido formar parte de nuestra Hermandad es, por encima de todo, un medio del que Cristo quiere valerse para que cada uno de sus miembros tenga un encuentro hondo e íntimo con Cristo.
Así que ahora, renovada la Junta y con un nuevo Hermano Mayor, es el momento idóneo para que todos nos tomemos en serio lo de año nuevo vida nueva.
Que nuestros Santos titulares nos ayuden en ello.
Por eso, lo he dicho en distintos lugares y ocasiones y aprovecho ahora a decirlo aquí: pertenecer a esta Hermandad, antes que una decisión personal, es una llamada particular que me hace el Señor. Por tanto he de pensar en quién es el que me llama y para qué me llama. Solo así comprenderé la grandeza del regalo y el amor personal del que me llama.
El Papa está repitiendo por activa y por pasiva que hasta que no caemos en la cuenta del amor con que Cristo nos ama será imposible vivir una vida auténticamente cristiana. De ahí, dice Francisco, la necesidad de cultivar un encuentro personal y profundo con él, ya que sin esta relación de corazón a corazón no hay experiencia cristiana, que es por desgracia lo que muchos que se dicen cristianos no han tenido.
En este sentido formar parte de nuestra Hermandad es, por encima de todo, un medio del que Cristo quiere valerse para que cada uno de sus miembros tenga un encuentro hondo e íntimo con Cristo.
Así que ahora, renovada la Junta y con un nuevo Hermano Mayor, es el momento idóneo para que todos nos tomemos en serio lo de año nuevo vida nueva.
Que nuestros Santos titulares nos ayuden en ello.
Fray Abilio León, O.M.
Director espiritual y párroco.