Corría el diecinueve de marzo, solemnidad del esposo de María,d el año 1960, cuando la bendita imagen de San José Obrero partía sobre las andas del Sagrado Corazón de Jesús del barrio de la Corza, desde los Salesianos de la Santísima Trinidad, en cuya Escuela Taller había sido restaurado (costando al menos dos mil trescientas pesetas), hasta la que se convertiría poco después en nuestra sede canónica y Parroquia, al desmembrarse de la de Nuestra Señora del Reposo y que fuera bendecida por el entonces arzobispo de Sevilla D. José María Bueno Monreal el día de Santiago Apóstol de 1958.
Fotografía del histórico 19 de marzo de 1960.
Ese día de San José, los muros de la Iglesia regentada por D. Manuel Garrido Orta, y que concebida por el arquitecto D. Fernando Barquín fuera construida en los terrenos que, cedidos por el ilustre benefactor D. Joaquín Benjumea Burín (Conde de Benjumea), habrían de asentar a su vez el barrio que tiene por nombre el de su Santo Patrón, fueron testigos de la entronización del Bendito Patriarca, antigua talla anónima que llegó a Sevilla gracias a las gestiones efectuadas por el canónigo D. Eugenio Hernández Bastos, desde la localidad cacereña de Hervás, en el Valle del Ambroz.
Allí, la talla de San José había estado ubicada en la sacristía de la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de la Concepción, antiguo convento de los Padres Trinitarios que pasara a manos del consistorio local con la Desamortización de Mendizábal y que fuera recuperado después como templo cristiano. Antes lo estuvo en una capilla que existía en la actual Escuela Dominical. Hervás, pueblo de arraigada tradición carpintera, ya realizaba el diecinueve de marzo procesión por sus calles con la imagen de San José.
En la fotografía que acompaña, fechada en el año 1954 y tomada en la sacristía antes mencionada, vemos la talla de nuestro Titular, sin que porte la vara de azucenas ni la sierra, atributo propio de su actual título, y cuya fiesta instituyera S.S. Pío XII el primero de mayo de 1955.
Fotografía por cortesía de D.ª Miriam Campuzano, de la Oficina de Turismo de Hervás y el cofrade D. Sebastián Neila.
Se observa junto a él la pequeña talla de un niño Jesús, la cual no parece formar parte del grupo escultórico original, del cual no se tiene constancia hasta la fecha. Sí apuntan los indicios a que el origen primigenio de la imagen de San José no se halla en tierra hervasense.
Ojalá que futuras investigaciones aporten nueva luz a los aspectos más lejanos y desconocidos del devenir histórico y geográfico de la ‘peregrina’ imagen que hoy, gracias a Dios, veneramos todos los hermanos y devotos de San José Obrero.