Hacía tiempo que deseaba escribir en este Boletín. Por diversos motivos no lo he hecho hasta ahora. Quizás era el miedo escénico el que me impedía expresar con palabras lo que para mí es nuestra Hermandad y mis vivencias en la misma.
La Hermandad de San José Obrero es distinta. Cuando hablo de mi hermandad allá donde vaya, no hablo de cualquier hermandad, hablo de una gran familia, donde todos nos conocemos y participamos en la creencia de que, siendo una familia, podemos llegar a la Fe de manera más rápida o directa, aunque no menos buena.
Nuestro Grupo Joven también es distinto. La Juventud es un estamento en ésta familia que siempre está presente de alguna manera. Ya sea ayudando en labores de la Hermandad, como ayudando fuera de los muros de nuestra Parroquia, ya sea en un comedor social o ilusionando y acompañando a los mayores de nuestro barrio.
Puedo decir (después de dos años) que estoy orgulloso de pertenecer a una Familia tan hermosa como ésta, y a una Juventud tan madura, a la que represento en éstas líneas, y sobre la que "recaerá el peso" de la Hermandad en los años venideros.
A vosotros, queridos Hermanos, quiero deciros que hoy por hoy nuestra Hermandad está en buenas manos, y que a buen seguro también lo estará el día de mañana, pues nuestros jóvenes llevarán con orgullo su nombre, y la harán crecer, como los jóvenes de hace 20 años hacen que crezca hoy.
Un ciclo grandioso siempre amparado por nuestros Benditos Protectores, Jesús de la Caridad, Nuestra Madre de los Dolores, San José Obrero y San Francisco de Paula.
La Hermandad de San José Obrero es distinta. Cuando hablo de mi hermandad allá donde vaya, no hablo de cualquier hermandad, hablo de una gran familia, donde todos nos conocemos y participamos en la creencia de que, siendo una familia, podemos llegar a la Fe de manera más rápida o directa, aunque no menos buena.
Nuestro Grupo Joven también es distinto. La Juventud es un estamento en ésta familia que siempre está presente de alguna manera. Ya sea ayudando en labores de la Hermandad, como ayudando fuera de los muros de nuestra Parroquia, ya sea en un comedor social o ilusionando y acompañando a los mayores de nuestro barrio.
Puedo decir (después de dos años) que estoy orgulloso de pertenecer a una Familia tan hermosa como ésta, y a una Juventud tan madura, a la que represento en éstas líneas, y sobre la que "recaerá el peso" de la Hermandad en los años venideros.
A vosotros, queridos Hermanos, quiero deciros que hoy por hoy nuestra Hermandad está en buenas manos, y que a buen seguro también lo estará el día de mañana, pues nuestros jóvenes llevarán con orgullo su nombre, y la harán crecer, como los jóvenes de hace 20 años hacen que crezca hoy.
Un ciclo grandioso siempre amparado por nuestros Benditos Protectores, Jesús de la Caridad, Nuestra Madre de los Dolores, San José Obrero y San Francisco de Paula.
José Enrique Sánchez Martínez